Contando las misiones
Era abril de 2003, veníamos
pasando por un año difícil, caracterizado por los reveses en materia política y
económica. Un escenario reciente en contra: desobediencia civil, alianza
contranatura entre la CTV y FEDECÁMARAS, un crudo sabotaje desde PDVSA y su
élite meritocrática, los medios, la iglesia y la derecha internacional
conspirando abiertamente para la escena final: el golpe de estado, el secuestro
del Comandante y el traslado a Turiamo para decidir su vida. La furia de este
pueblo rebelde y gallardo nos lo devolvió la madrugada del 14 de abril de 2002,
pero el drama no acabó allí.
Con un PIB sufriendo una caída
histórica (27,8%), la baja estrepitosa en la producción de petróleo, de más de
3.000.000 de barriles diarios en 2002, a sólo 176 mil en el primer trimestre de
2003, Informe económico 2003, Banco
Central de Venezuela, agosto 2004, Chávez se remonta sobre sí mismo e idea
una agenda de recuperación en cuyo centro ubica a las misiones sociales, una política social amplia y diversa que
permite atender los problemas estructurales cuya ausencia o deficiencia y
caracterizan a las poblaciones en situación de pobreza y pobreza extrema.
Es así como el 16 de abril de 2003,
en sus propias palabras “se iniciaba la verdadera Revolución de los servicios
de salud, en un país donde la medicina, como la educación y otros derechos
humanos, eran privilegios de una minoría.” Reunión
de Jefes de estado, Organización de Naciones Unidas, septiembre 2004. Cincuenta y ocho compatriotas cubanos junto a líderes
comunales y autoridades locales, daban inicio a la experiencia más
significativa de la política social del presidente Chávez, la Misión Barrio
Adentro.
Y si bien esta experiencia fue
pionera dentro de la propuesta subversiva del Comandante para destruir el
estado burgués, cuya superestructura había generado tantas deficiencias, no es
la única. A lo largo de 2003 se hizo un despliegue de voluntad tremenda entre
el pueblo organizado y el gobierno revolucionario para dar vida a este plan
social, único en el mundo. Y así fueron naciendo Misión Robinson I para
alfabetizar, y casi seis meses luego, la Robinson II para finalizar la escuela básica,
Barrio Adentro Deportivo, MERCAL y muchas otras de las que, seguramente,
hablaremos más adelante en este mismo espacio.
Chávez con su bandera de la
inclusión social y ese temple de guerrero caribe, llevó a todos los espacios
internacionales la experiencia de las misiones, lo que valió su réplica en
algunos países de la ALBA (de la que también les hablaremos luego), haciendo
posible junto a un cuerpo de combatientes jóvenes, voluntarios y voluntarias la
atención primaria de poblaciones vulnerables en Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Queremos en este espacio, impedir que la
memoria difumine los logros que esta Revolución, nuestra, ha
conquistado junto a su valiente y noble pueblo. Queremos rescatar desde la
exaltación de nuestra dignidad, el Chávez que queremos ser, rescatando al mismo
tiempo el coraje para continuar la lucha que emprendimos con estas, nuestras
misiones, porque esta historia no me la contaron, esta historia te la cuento
yo.
Adriana Castejón

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